Analistas internacionales dicen que la crisis de Honduras divide la región y debilita su relación con EEUU

Lunes, 21 de Diciembre de 2009
LA HABANA, 21 Dic. (Reuters/EP) - Analistas internacionales consideran que el golpe de Estado en Honduras profundizó la brecha ideológica entre los distintos países de América Latina y debilitó las relaciones del subcontinente con Estados Unidos, pese a las esperanzas que el nombramiento de Barack Obama como nuevo presidente del país norteamericano suscitó en la región.

El golpe de Estado de Honduras del pasado 28 de junio, que derrocó al Gobierno de Manuel Zelaya y colocó en la presidencia al entonces presidente del Congreso, Roberto Micheletti, supuso una grave crisis política nacional e internacional que polarizó a la región en torno a la cuestión del reconocimiento de los comicios del 29 de noviembre, auspiciados por el Gobierno interino.

Solo Colombia, Costa Rica, Panamá, Perú y Estados Unidos han reconocido las elecciones hondureñas, en contra de la postura encabezada por Brasil, Venezuela, Bolivia y Argentina que califican de "fraude" las votaciones por producirse bajo el liderazgo de un Gobierno "golpista".

"Aquí perdió todo el mundo. La primera víctima fue la confianza en el consenso regional. Desde ahora será más difícil coordinar respuestas regionales ante una crisis", dijo Christopher Sabatini, director de política del Council of the Americas, una organización empresarial en Nueva York.

Por su parte, Estados Unidos decidió suspender temporalmente la ayuda financiera y militar prestada a Honduras y canceló los visados de aquellos empresarios que apoyaron la destitución de Zelaya, presionando para la consecución de un pacto que incluyera la restitución del mandatario depuesto.

Sin embargo, ante la resistencia del régimen 'de facto' y la incapacidad de cumplimentar los acuerdos alcanzados, Washington optó por respaldar las elecciones de noviembre como único instrumento capaz de devolver la estabilidad al país centroamericano.

"Estados Unidos fue el primero en adoptar una actitud pragmática. Pero fue una decisión que costó cara y terminó la luna de miel de la Administración con América Latina", aseveró Heather Berkman, de Eurasia Group en Washington.

El reconocimiento de las elecciones de Honduras por parte de Estados Unidos acabó con las esperanzas que Barack Obama había generado en la región respecto al comienzo de una nueva era de paz y estabilidad en todo el continente.

Algunos actores regionales como Venezuela interpretaron el apoyo de Washington como una muestra de su intervencionismo en América Latina y de la "ofensiva imperial" contra el subcontinente.

"Estamos dando la señal de que en este ambiente polarizado se puede interrumpir un Gobierno democrático con impunidad si uno encuentra aliados ideológicos que lo justifiquen", afirmó Sabatini, del Council of the Americas.

ESTRATEGIA INTERNACIONAL

Analistas consultados por Reuters opinan que la decisión de Estados Unidos fue fruto de una estrategia de Micheletti, quien apoyado por empresarios, militares y hasta por la Iglesia Católica, contrató en Washington a una empresa de relaciones públicas para mejorar su imagen internacional.

"Buscaron aliados que defendieran sus argumentos en el Congreso y en círculos políticos de Estados Unidos", agregó Sabatini.

Pese a los últimos acontecimientos, los expertos consideran que Estados Unidos continuará jugando un papel clave en América Latina. "Particularmente en términos económicos porque Estados Unidos sigue siendo, de lejos, el socio comercial número uno para la mayoría de los países de la región", aseveró Berkman de Eurasia Group.


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