Martes, 02 de Marzo de 2010
Había que esperarse noticias como estas por parte de la prensa vendida, mentirosa, al sueldo de los mismos empresarios que idearon y financiaron el golpe de estado. Con indignación publicamos esta campaña sucia, manipulada y totalmente falsa, para que puedan darse cuenta de como se mueven sutilmente para manipular la opinión pública.
El golpe sigue, en contra del pueblo... y el pueblo sigue, en contra de los golpistas!!!
De laprensa.hn
Violencia en fincas invadidas de Colón
Son 13 fincas de palma africana tomadas por campesinos en el Bajo Aguán, Colón, donde la actual lucha por tierras ha dejado una secuela de muerte, dolor y pérdidas millonarias para la economía local y nacional.
Un equipo de LA PRENSA se internó en esta zona del litoral atlántico y confirmó el ambiente violento y de zozobra que viven estas comunidades sin que las autoridades puedan controlarlo. “Si mi consejo les vale, allí no se metan, no se expongan”, advirtió Coronado Ávila, director del Instituto Nacional Agrario de Colón.
Su consejo fue el primero de muchos que nos dieron autoridades y vecinos del sector.
Lo mismos policías tiene reservas y cuando se les pregunta, dicen: “Allí está feo, es peligroso”. Empresarios, periodistas y los mismos ciudadanos advertían lo que estábamos a punto de confirmar. El equipo de LA PRENSA fue tiroteado por desconocidos al incursionar en una de las fincas.
Terror los invade
En Tocoa y Sabá el comercio es vivo, la gente va y viene con cargas de producto, hay muchas tiendas y bazares. Esta ciudad se ha convertido en polo de desarrollo, dejando atrás a la cabecera departamental, Trujillo. Sin embargo, basta con platicar con los lugareños para saber que no todo es trabajo. Se habla de odio, lucha, muerte y venganzas y casi todos han tomado partido; hay quienes creen que los campesinos tienen derecho a recuperar las tierras que otrora fueron vendidas por un puñado de dirigentes corruptos; mientras otros dan la razón a los empresarios que adquirieron los terrenos con pagos puntuales y completos y ahora ofrecen trabajo en el lugar. Aquí todos hablan, pero nadie da su nombre.
A estos campesinos se les tiene temor. “Mire, acá está feo, porque según dicen ésos no son campesinos. Están bien armados”, dice la camarera de un hotel de la ciudad. Y es que los grupos invasores dejaron los machetes a un lado y ahora cargan armas de grueso calibre.
Ese armamento que circula y la forma de operar avivan los rumores que grupos guerrilleros están detrás del conflicto, lo mismo que narcotraficantes que, aunque han operado a sus anchas en estas fincas privadas, ahora también han buscado y afinado alianzas con los más radicales del movimiento para darles protección y financiamiento. Pero éstos son temas tabús de los que nadie habla.
Lo que no es secreto es que los labriegos reclaman la promesa incumplida que dejó el ex presidente Manuel Zelaya, de regresarles las tierras a cambio de apoyar la cuarta urna, aquella que terminó sacándolo del poder por violentar la Constitución.
Buscamos luego a las autoridades, de oficina en oficina, y las respuestas fueron similares. No hay más que antecedentes de la situación y expedientes de las personas que han muerto en los enfrentamientos. Casi todas las autoridades del lugar dicen que “ya se envió un informe de lo que pasa a los superiores”. Saben que quienes viven en esta zona poco pueden hacer.
Eran las tres de la tarde cuando emprendimos el viaje hacia la zona de fincas de palma africana. El departamento de Colón tiene 8,248 kilómetros de extensión territorial, de esto, 4,400 hectáreas cultivado con palma africana. Esta actividad provee el 15 por ciento de los empleos del lugar y de aquí dependen unas 15 mil familias.
Íbamos hacia “la zona roja”, nombrada así por el baño de sangre que en los últimos meses se ha desatado. Contrasta la tranquilidad en que viven los ciudadanos del centro de Tocoa, Sabá y Trujillo con la tensión del ambiente en la zona productora. Aunque las interminables filas de palma provocan la imaginación por su verdor, el que entra en este espacio sabe que detrás de cada tronco puede estar oculta la muerte y nosotros íbamos a descubrirlo.
“Las palmeras se han teñido de rojo”, nos había dicho un vendedor de naranjas en el parque de Tocoa.
Atentado
Desde meses atrás, muchas de las fincas de palma que han sido desalojadas han vuelto a ser invadidas. Acompañados de un agente policial vestido de civil comenzamos a buscar a los campesinos para que nos hablaran de su causa, de su lucha y sus necesidades. En medio de algunas plantaciones se observan champas y personas con semblantes hostiles. Pero a medida que nos internábamos en el lugar descubrimos la otra cara de esta lucha.
“Iremos al lugar donde se encontraron los cuerpos de los vigilantes”, nos dijo el agente, refiriéndose a los dos guardias de seguridad asesinados en el sector de Los Laureles de enero pasado. Ellos son parte de la lista de 13 personas que han muerto en los últimos meses. Camino a las fincas Los Laureles, San Isidro y La Aurora, decidimos detener el vehículo para fotografiar unas chozas entre los cultivos. El Policía nos advirtió que no era recomendable bajarnos en la zona y accedimos. El carro se detuvo unos minutos para que los fotógrafos hicieran su trabajo desde el mismo y casi de inmediato unas sombras aparecieron entre los cultivos. Hombres vestidos con camisas rojas y amarillas se escondían en los troncos de los árboles y comenzaron a disparar.
Los balazos salían de las fincas. “Se los dije”, gritó el policía, quien responsablemente evitó desenfundar su arma de reglamento para no alterar más los ánimos. En ese momento, otros carros transitaban por el lugar y aceleraron el paso al escuchar las detonaciones.
Inmediatamente abandonamos el lugar. De regreso en la ciudad buscamos una explicación oficial de lo ocurrido. Todo el pueblo lo sabía, las autoridades están concientes del arsenal que hay dentro de las fincas, pero nadie hace nada.
“Nosotros abandonamos un carro en una de las fincas porque también tuvimos un enfrentamiento, nos hirieron a dos compañeros”, fue la primera impresión de uno de los jefes policiales a quienes acudimos para denunciar lo ocurrido. Ellos no pueden hacer más. Buscamos la sede del Movimiento Unificado Campesinos del Aguán, Muca, pero nos respondieron que “las sedes son las fincas, ellos se reúnen en las invasiones”.
Entendimos que la respuesta a nuestra petición ya había sido dada. No obtendríamos la entrevista. “Las características de los últimos acontecimientos son propios de células guerrilleras, por lo que es difícil para nosotros controlar esa situación. Ellos están armados”, dice un jefe policial que pidió el anonimato.
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Célula guerrillera se arma en el Bajo Aguán
Apoyo de movimientos de izquierda, entrenamiento de la guerrilla colombiana y financiamiento estratégico del narcotráfico están detrás de grupos campesinos que mantienen tomadas varias fincas de palma africana en el Bajo Aguán, Colón, según un informe de inteligencia en poder de LA PRENSA.
“Varios miembros de estos gremios organizados, los más radicales, han hecho una alianza estratégica con el narcotráfico de la zona para obtener protección, recursos económicos y armas para sus actividades; a cambio, los narcotraficantes invierten en un proyecto político que de triunfar les dará completa libertad de maniobra en Honduras”, dice el informe de inteligencia militar.
El apoyo y adoctrinamiento de estos grupos campesinos armados viene de “una estructura montada en la región que va desde organizaciones no gubernamentales de corte socialista, sacerdotes de la orden de los jesuitas que pregonan la teología de la liberación en cada comunidad, dirigentes magisteriales y maestros radicales de izquierda, hasta medios de comunicación locales parcializados con las ideologías comunistas”.
El documento explica que durante el proceso de la reforma agraria varias cooperativas campesinas fueron organizadas en esta región despoblada del país la más grande fue Coapalma, creada en 1981 y dedicada a la producción de palma africana.
“Esta cooperativa campesina en su mejor momento monopolizó este rubro en todo el país aglutinando 54 cooperativas campesinas hasta que la corrupción interna y la incapacidad administrativa los llevó a venderla por pedazos en 1993. Coapalma se vendió en su gran mayoría a las empresas Agropalma del nicaragüense René Morales y a la Exportadora del Atlántico de Miguel Facussé. Desde recientes años, debido al gran éxito de este cultivo subiendo su precio en un 500 por ciento en los últimos 15 años, algunos miembros de las antiguas cooperativas campesinas pretenden recuperar sus tierras aduciendo que se les pagó muy poco por ellas”.
Lo que sucede
“Desde el mes de diciembre en el ocaso de la crisis política, los grupos campesinos, en particular los que conforman el Movimiento Unido de Campesinos del Aguan, Muca, apoyados por la denominada resistencia, retomaron sus intenciones de recuperación de tierras e invadieron una veintena de fincas que pertenecieron a la antigua Coapalma, de las cuales algunas de las más importantes son: Despertar, San Esteban, Trinidad, Suyapa, Guanchías, Buenos Amigos y Tarros”, explica el informe que revela una serie de datos acerca del conflicto que se vive en el Bajo Aguán.
“Es un hecho que poseen armas de grueso calibre y que están dispuestos a usarlas como se ha comprobado en algunos enfrentamientos con las fuerzas del orden. Toda esta situación ha afectado la economía regional causando pérdidas de miles de dólares diarios a las empresas, ahuyenta la inversión extranjera e incrementa la sensación de inseguridad y fragilidad política en la región y el país”. De acuerdo con la información, estos grupos de campesinos mantienen puestos de vigilancia en las entradas a las fincas y puestos de observación dentro de las plantaciones de palma y poseen escopetas 12, fusiles calibre 308 y pistolas de varios calibres.
Según lo establece el documento “se obtuvo información que Miguel Fúnez Molina, quien pertenece al grupo campesino Muca y reside en la cooperativa Los Leones del Bajo Aguán, expresó que están obteniendo armas para organizar una subversión con instrucciones de Rafael Alegría y que esperan unos instructores de las FARC para recibir adiestramiento en granadas y armas”. Fúnez Molina tiene varias órdenes de captura por suponérsele cabecilla de una banda de secuestradores que opera en la región.
Las organizaciones
“Debido al asesoramiento que tienen los directivos del magisterio en el departamento y su afiliación a la llamada “resistencia”, el magisterio ha sido el principal ariete contra el Gobierno. Ahora, algunos amenazan con no comenzar clases hasta que se les agilicen los pagos retrasados a los maestros. También el fracaso de las negociaciones por el salario mínimo podría detonar una nueva crisis. Sin embargo, se ha detectado que existen serias divisiones dentro del gremio magisterial y que una importante cantidad de maestros están parcial o totalmente en contra de sus dirigentes. En conclusión, creemos que se mantendrán al margen de la lucha campesina”.
Las agrupaciones sindicales en el departamento de Colón son coordinadas por el Comité de Organizaciones Populares del Aguán, Copa, que durante la crisis política se mantuvo muy activa a favor de la resistencia pero desde el comienzo del proceso eleccionario han cesado sus manifestaciones públicas. Hasta el momento han apoyado, a través de medios locales de comunicación, las acciones de Muca, pero no se han concretado en acciones. Sobre el sector religioso, el informe indica que: “Autoridades de la Iglesia Católica del sector tienen fuertes lazos con las agrupaciones campesinas en el departamento, oficialmente con el propósito de promover grupos ambientalistas y étnicos, pero se cree que también para fortalecer su partido (la Democracia Cristiana)”.
“Es importante recalcar que la orden católica dominante del departamento es la jesuita, adeptos a la teología de la liberación, la cual es una visión marxista del evangelio. De esta orden han salido todos los sacerdotes guerrilleros de la Iglesia incluyendo a Guadalupe Carney”, apunta el informe que ya está en poder de las autoridades superiores de Gobierno.
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miren esto: TERROR EN EL BAJO AGUAN
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y no podía faltar la encuesta:
Conflicto en el bajo Aguán
Son 13 fincas de palma africana tomadas por campesinos en el Bajo Aguán, Colón, donde la actual lucha por tierras ha dejado una secuela de muerte, dolor y pérdidas millonarias para la economía local y nacional.
¿Cree que son sólo campesinos los que están detrás del conflicto del Aguán?: Sí No
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Hace 3 días
1 comentario:
Hoy martes 02 de marzo en horas de la mañana el dirigente Rafael Alegría denunció públicamente a través de radio Globo a La Prensa y a las Fuerzas Armadas por esta información, ya que aparece involucrado en el artículo del medio golpista. Por la radio tuvo la oportunidad de tener comunicación con un vocero de las FF.AA., y éste como era de esperarse se mostró sorprendido ante la denuncia diciendo que no tenía conocimiento y que iba a pedir una explicación a La Prensa.
Rafael Alegría dijo que lo escrito en su contra y a varios dirigentes campesinos era muy delicado y que se debería de investigar y hacer una aclaración.
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