Hacia una Asamblea Nacional Constituyente:
"Un pueblo tiene siempre el derecho a revisar, reformar y cambiar su Constitución. Una generación no puede someter a sus leyes a las generaciones futuras" (Constitución francesa de 1793, artículo 28).
En ese sentido y desde una perspectiva académica deseo aportar las siguientes ideas hacia la Constituyente como génesis a la refundación de una nueva Honduras:
a) Las características de la sociedad internacional y de la sociedad hondureña son completamente diferentes a las existentes hace treinta años.
b) Los cambios cualitativos y cuantitativos que se han dado en el país lo han modificado y es necesario revitalizar el pacto social entre los hondureños todos.
c) La estructura político - administrativa de la organización pública del Estado hondureño no corresponde a nuestra realidad y cada vez menos satisface las necesidades colectivas.
d) La actual Constitución de 1982, con todo y sus reformas (violaciones), no interpreta ni expresa la realidad económica, política y social que vive la nación hondureña.
e) Las limitaciones, cada vez más grandes, del ordenamiento institucional existente no contribuye a la solución de las, también cada vez mayores, carencias colectivas.
f) Los hondureños cada vez más sienten menos respeto por la Administración Pública, por el Estado y sus leyes, por su falta de programas. Adicional a ello, las Reformas que se han hecho no han contribuido en nada a fortalecer la relación entre gobernantes y gobernados.
g) La tendencia continental es la de revisar el papel del Estado, superar la concepción del Estado propietario por la del Estado solidario, la de achicar el Estado para engrandecer el país.
h) Como bien afirmaba Konrad Hesse en La fuerza normativa de la Constitución: "Un orden constitucional, decidido por una elite, sirve para poco si a él no se adhiere la conciencia general manifestada como sentimiento constitucional en su doble vertiente intelectiva y emocional." Hoy día en Honduras, la Constituyente generaría la dinámica de participación ciudadana necesaria para inventariar el estado actual de cosas y dialogar sobre sus soluciones.
i) Es palpable que los partidos políticos que están bastante “partidos” y sus dirigentes, la mayoría de diputados, y especialmente los grupos que ostentan el poder real, han demostrado no tener la menor voluntad de proceder a un verdadero cambio de la Constitución. Una Constituyente permitiría una participación ciudadana amplia y enriquecedora con nuevos actores sociales que, aún cuando no solucione todos los problemas del país, contribuirá a plantearlos y a escuchar las propuestas de soluciones que provengan de todos los sectores sociales, económicos y políticos.
j) Una Constituyente nos permitiría comenzar a dar los pasos necesarios para salir del estancamiento y del anacronismo institucional que vivimos y romper con la camisa de fuerza que representa la Constitución de 1982 y sus reformas.
k) La Convocatoria de una Constituyente contribuiría a elevar y empezar a transformar la metodología, los instrumentos y los criterios que se vienen utilizando para el planteamiento, análisis y discusión de los problemas políticos – institucionales que conocemos los hondureños.
Todos estamos llamados a construir el camino hacia una Asamblea Nacional Constituyente para refundar Honduras.
- José Salomón Orellana es politólogo-académico.
En ese sentido y desde una perspectiva académica deseo aportar las siguientes ideas hacia la Constituyente como génesis a la refundación de una nueva Honduras:
a) Las características de la sociedad internacional y de la sociedad hondureña son completamente diferentes a las existentes hace treinta años.
b) Los cambios cualitativos y cuantitativos que se han dado en el país lo han modificado y es necesario revitalizar el pacto social entre los hondureños todos.
c) La estructura político - administrativa de la organización pública del Estado hondureño no corresponde a nuestra realidad y cada vez menos satisface las necesidades colectivas.
d) La actual Constitución de 1982, con todo y sus reformas (violaciones), no interpreta ni expresa la realidad económica, política y social que vive la nación hondureña.
e) Las limitaciones, cada vez más grandes, del ordenamiento institucional existente no contribuye a la solución de las, también cada vez mayores, carencias colectivas.
f) Los hondureños cada vez más sienten menos respeto por la Administración Pública, por el Estado y sus leyes, por su falta de programas. Adicional a ello, las Reformas que se han hecho no han contribuido en nada a fortalecer la relación entre gobernantes y gobernados.
g) La tendencia continental es la de revisar el papel del Estado, superar la concepción del Estado propietario por la del Estado solidario, la de achicar el Estado para engrandecer el país.
h) Como bien afirmaba Konrad Hesse en La fuerza normativa de la Constitución: "Un orden constitucional, decidido por una elite, sirve para poco si a él no se adhiere la conciencia general manifestada como sentimiento constitucional en su doble vertiente intelectiva y emocional." Hoy día en Honduras, la Constituyente generaría la dinámica de participación ciudadana necesaria para inventariar el estado actual de cosas y dialogar sobre sus soluciones.
i) Es palpable que los partidos políticos que están bastante “partidos” y sus dirigentes, la mayoría de diputados, y especialmente los grupos que ostentan el poder real, han demostrado no tener la menor voluntad de proceder a un verdadero cambio de la Constitución. Una Constituyente permitiría una participación ciudadana amplia y enriquecedora con nuevos actores sociales que, aún cuando no solucione todos los problemas del país, contribuirá a plantearlos y a escuchar las propuestas de soluciones que provengan de todos los sectores sociales, económicos y políticos.
j) Una Constituyente nos permitiría comenzar a dar los pasos necesarios para salir del estancamiento y del anacronismo institucional que vivimos y romper con la camisa de fuerza que representa la Constitución de 1982 y sus reformas.
k) La Convocatoria de una Constituyente contribuiría a elevar y empezar a transformar la metodología, los instrumentos y los criterios que se vienen utilizando para el planteamiento, análisis y discusión de los problemas políticos – institucionales que conocemos los hondureños.
Todos estamos llamados a construir el camino hacia una Asamblea Nacional Constituyente para refundar Honduras.
- José Salomón Orellana es politólogo-académico.
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